El Régimen Ruizcortinista y la Inviabilidad del "Desarrollo Autónomo" y Las Luchas Magisteriales de 1956 a 1958.
En
estas otras dos partes nos menciona el libro que los movimientos de 1958 se realizarían
dentro de una coyuntura marcada por el cambio de poderes federales, había también
otro tipo de fenómenos, de naturaleza esencialmente económica, que corrían por debajo
dela superficie y que, al incidir en la definición del Estado y en el rumbo de
la acción gubernamental frente a los acontecimientos de 1958, resultarían determinantes
para el rumbo de dichos movimientos.
En
ese momento, el desarrollo autónomo para México se veía en los altos círculos del
poder como una mera formula o en el mejor de los casos como una meta
inalcanzable aun a mediano plazo. Cuando el presidente Alemán dejaba el poder, aparecían
ya signos desalentadores en la economía del país. No dejaba de ser curioso que
el hombre que lo iba sustituir pareciera concordar perfectamente con el tono
del periodo que le tocaba gobernar. En efecto, Adolfo Ruiz Cortines era un
hombre modesto, austero y eminentemente conservador. La floreciente prosperidad
de alemanismo y sus funcionarios joviales y dispendiosos habían quedado atrás.
Las
consecuencias económicas inmediatas fueron muy fuertes. La salida de dólares del
país se aceleró, y el valor de las exportaciones continúo disminuyendo. Por otra
parte, el aumento de los precios fue considerable ya que los precios aumentaron
de un 9% a un 14%.
Sin
embargo, algunos efectos secundarios de la devaluación y, fundamentalmente, la recuperación
de la economía norteamericana, a finales de 1954, permitieron que se reanudara
el ritmo del crecimiento de la producción brutal total de México.
El
gobierno de Ruiz Cortines se mostraba cauteloso, en cuanto al financiamiento
del presupuesto federal a través de medios inflacionarios. Por otra parte, no
se llevo a cabo una reforma fiscal que permitiera al Estado contar con mayores
recursos, a causa del temor de que esto pudiera hacer disminuir el ya mermado
monto de las inversiones privadas. Ante esta situación, y a partir de la convicción
de que la inversión del Estado no podía detenerse, se acudió al financiamiento
externo.